1.La libertad de expresión, en cuanto derecho constitucional, se extiende a toda expresión, con inclusión de las pornográficas y eróticas, aunque el valor social de esas expresiones sea reducido.
2.Todo lo que se ha mencionado más arriba es considerado profano siempre y cuando los programas no tengan claramente un valor artístico, científico, periodístico, educativo o informativo que justifique su radiodifusión en esas circunstancias.