Esos esfuerzos han comenzado a rendir fruto tan sólo recientemente, después de unas demoras que han afectado adversamente la capacidad de la Comisión de llevar a cabo su labor.
Entonces, con mansa admiración, como si descubriera una cosa perdida y olvidada hace mucho tiempo, Argos balbuceó estas palabras: Argos, perro de Ulises.