En este Tridente recibe el poder de Atlantis, de las manos equivocadas sembraría la destrucción, pero en las del verdadero heredero uniría a todos nuestros reinos arriba y abajo.
Noé y sus hijos obedecieron a Dios y empezaron a construir. Pero la demás gente solo se rió. Siguieron siendo malos. Nadie creyó cuando Noé les dijo lo que Dios iba a hacer.