Más de cinco criadas fueron despedidas al desaparecer diferentes piezas del joyero de la señora, aunque todas juraron en lágrima viva que eran inocentes.
Pero su actitud había cambiado al averiguar que su sobrino tenía como padrino a un asesino peligroso (oportunamente, Harry había olvidado decirles que Sirius era inocente).
Por último, los inocentes, como los niños, los bebés y quienes se sacrificaban por los demás, llegaban al Cincalco, gobernado por Cintéotl, dios del maíz.