Con la liberalización, los mercados de capitales, tanto nacionales como internacionales, han mostrado una mayor tendencia a un comportamiento cíclico, lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan ciclos de auge y recesión.
Durante la década de los 40, España sufrió una gran depresión económica debido a la posguerra y a las sanciones políticas y económicas impuestas por la ONU.