Porque cinco décadas después, el mundo sigue dando pasos hacia lo que ha denominado hoy el Secretario General, Antonio Guterres, el infierno climático, a pesar del certero diagnóstico de la ciencia.
Y la fuerza de esa unidad es la que nos permitirá llegar más lejos y mejor en un mundo que no acepta ni la debilidad ni la división de las sociedades, y que camina hacia una mayor integración.