En un principio el cubismo sufrió un gran rechazo por la crítica, aunque contaba con el apoyo de importantes mecenas como la escritora estadounidense Gertrude Stein.
Por una parte, el cubismo analítico está caracterizado por los tonos marrones y grises, para representar diferentes puntos de vista de una figura utilizando formas geométricas.
Pero todo esto cambió tras su mudanza a París, donde junto con otro joven pintor, Georges Braque comenzó a experimentar con las formas y a desarrollar el movimiento pictórico del cubismo.
En 1906, durante una visita a Lleida, toma contacto con las pinturas primitivas y el arte arcaico de la zona y comienza a gestar el que sería su nuevo estilo revolucionario, el cubismo.
Además, en Naturaleza muerta, también se pueden ver características del cubismo sintético, una corriente que tal vez sea más simple y figurativa en la que los artistas ya introducen collage, caligrafía y números.
Esta obra, que actualmente es una de las pinturas más caras de la historia del arte, representa el cubismo que caracteriza al artista y que nunca volvió a ser el mismo después del Guernica.