Cuando los escarabajos entierran sus pelotas de excremento, involuntariamente protegen esas semillas de los predadores, propiciando sus posibilidades de germinación.
Estos escarabajos también pueden ayudar a combatir el calentamiento global, pues reducen la emisión de gases de efecto invernadero asociada a la agricultura.
Los escarabajos desarman el excremento, y lo entierran en túneles profundos dentro del suelo, facilitando a las raíces de las plantas el acceso a esos nutrientes.
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Para aprovechar semejante ventaja, una planta sudafricana ha evolucionado para producir semillas cuyo aspecto y olor son muy parecidos al estiércol de un animal, confundiendo así al escarabajo que, engañado, las entierra.