Nuestro rector, el señor Allaby, hombre de curiosa lectura, exhumó la historia de un rey a quien la Divinidad castigó por haber erigido un laberinto y la divulgó desde el púlpito.
Por lo demás, siempre combatían con el torso desnudo y descalzos, como se aprecia en los restos gráficos y arqueológicos, caso, por ejemplo, de los esqueletos exhumados en el cementerio de Éfeso.