Mira, dice: se recomienda para procesos gripales, o sea, si tienes gripe, y también es aconsejable para estados febriles, o lo que es lo mismo, si tienes fiebre.
De ese modo se le revelaba un Florentino Ariza desconocido, con una clarividencia que no correspondía a las esquelas febriles de su juventud ni a su conducta sombría de toda la vida.
Al contrario: fortalecía la convicción que Fermina Daza tuvo siempre de que aquel alboroto febril de los veinte años había sido cualquier cosa muy noble y muy bella, pero no fue amor.
Quizá aquel inesperado brote de imaginación febril fuera sólo presagio del prometido y ansiado estirón que, según todas las vecinas de la escalera, iba a hacer de mí un hombre, si no de provecho, al menos de buena planta.