Al examinar las demás pruebas que constaban en el archivo, el Grupo observó que varias cartas de proveedores y contratistas no tenían membrete, ni tampoco identificaban al firmante.
Mientras Langdon esperaba que Solomon se pusiera al teléfono, le echó un vistazo al nombre de Peter en el membrete del fax de la Smithsonian y no pudo evitar sonreír.