Una rebelión de trabajadores hizo que los inversionistas se fueran con todas las ganancias de explotar la tierra y dejaran al pueblo nuevamente en la miseria.
Así en constantes derroches de nuevos adelantos —necesidad irresistible de compensar con siete días de gran señor las miserias del obraje— el Silex volvió a remontar el río.
Huyendo de las miserias de los jornaleros en los olivares del campo andaluz, la pareja se instaló en el Protectorado tras la guerra del Rif, en el año 26.
Una vida de miseria, pobreza y desdén; porque Marilla era lo suficientemente perspicaz como para leer entre líneas en la historia de Ana y adivinar la verdad.
Los muchachos que atienden amorosamente a sus padres en la miseria y en la enfermedad, merecen siempre ser queridos, aunque no se les pueda citar como modelos de obediencia ni de buena conducta.