Habían pasado casi una hora en el lugar felizmente ocupadas en visitar la sombrerería de enfrente, en contemplar al centinela de guardia y en aliñar una ensalada de pepino.
Los otros aprendices, como son mayores que yo, me mortifican, me mandan por vodka a la taberna y me hacen robarle pepinos a la maestra, que, cuando se entera, me sacude el polvo.
La verdad, la mayoría del tiempo a las personas les va a importar un pepino si te equivocas, pero si hablas con miedo, lo más seguro es que se aburran de escucharte y quieran irse.
El chico está cortando algo que parece un pepino o calabacín mientras que la chica está moviendo los espaguetis que están en la olla al tiempo que mira a su novio cortar la verdura.
Vive a 2,500 metros de profundidad, tiene una distribución cosmopolita y parece sacado de otro planeta: Enypniastes eximia, no tiene cara de nada conocido, sin embargo, es un ¿pepino de mar?