Cocinar libera tiempo y nos da más energía que comer alimentos crudos; por eso podemos sostener cerebros con 86 000 millones de neuronas, 40 % más que los simios.
Porque tenían un cerebro tan grande como el nuestro y, además, un cerebro con un mismo origen, un mismo origen que es que eran grandes simios, como nosotros.
Para Dunbar el acto de chismear es tan importante para los humanos, como lo es para los otros simios el acto de acicalarse y espulgarse: las personas que comparten chismecito forman vínculos de confianza y amistad más fuertes.