Según Jordania, el retraso de la puesta en libertad de esos animales dio lugar a enfermedades que redujeron el número de animales que finalmente se pudieron soltar.
Queda por ver qué tercer país se ofrece para acoger a un criminal de tal calaña y le hace el favor a Washington de soltar esta papa caliente, como deja entrever la decisión del juez Abbott.