Entonces, plantaron estas papayas resistentes a modo de valla viviente alrededor de las papayas no transgénicas, manteniendo las frutas libres de virus y de controversia.
Esto supone que, además de los beneficios que obtengan con las patentes de los nuevos cultivos transgénicos, se aseguran de que se sigan vendiendo sus propios pesticidas.
A pesar de las excelentes cualidades de los productos transgénicos, mucha gente ve con cierta preocupación su comercialización y consumo, ya que se desconocen todavía sus efectos en la salud humana.