" Esto parece más divertido que la visita al rey" , se dijo para sí el principito, que continuó aplaudiendo mientras el vanidoso volvía a saludarle quitándose el sombrero.
Aunque no era ocasión de risas ni de burlas, porque los inquisidores estaban muy afligidos, todavía se rieron y se burlaron algo de la vanidosa y ridícula pretensión del lego.
No caiga en el error de pensar que si hablamos mucho conseguiremos convencer al entrevistador de lo excelentes que somos; sólo lograremos levantarle dolor de cabeza y que piense de nosotros que somos vanidosos.