La confusa redacción de las excepciones deja mucho margen para la formulación de interpretaciones contradictorias respecto de la patentabilidad de los genes humanos.
Si los elementos o secuencias están aislados del cuerpo humano y se especifican sus aplicaciones industriales, no obstante, los elementos o secuencias pueden constituir invenciones patentables.
Por consiguiente, Schmeiser privó a Monsanto del pleno disfrute de su monopolio y utilizó o poseyó la invención patentada en el contexto de sus intereses comerciales.
Una patente es un certificado jurídico que concede una protección temporal, normalmente por un período de 20 años, en relación con la invención de que se trate.
En Monsanto Canada Inc. c. Schmeiser, Monsanto patentó un gen y una célula resistentes al glifosato, que creaban plantas de canola resistentes al herbicida Roundup.
En los Estados Unidos, la patentabilidad se basa en el artículo 101 del título 35 del Código de los Estados Unidos, según lo interpretan los Tribunales Federales.
El Tribunal estimó asimismo que la infracción por explotación no exigía que los genes o las células patentados fueran utilizados en su forma aislada en el laboratorio.
El concepto de "orden público" podría tener efectos de calado sobre el desarrollo de la legislación europea sobre patentes en relación con las patentes animales y las patentes sobre terapias genéticas.
Estos países se oponen en particular a que los países desarrollados concedan patentes sobre genes aislados que procedan de materiales tomados de países en desarrollo u originados en ellos.
La posibilidad de patentar dichos genes tiene importantes repercusiones, ya que el titular de una patente sobre un gen aislado y purificado puede impedir su producción o utilización por otros.
Se entiende que dicho término abarca el material genético cuyo depósito es necesario a efectos de divulgación, en particular en las invenciones relacionadas con las esferas farmacéutica y de la alimentación.
Esto supone que, además de los beneficios que obtengan con las patentes de los nuevos cultivos transgénicos, se aseguran de que se sigan vendiendo sus propios pesticidas.
Un joven de 26 años, que trabajaba en una oficina de patentes, fue capaz de descifrar misterios de la física como la velocidad constante de la luz, la equivalencia masa-energía, la existencia de las moléculas o el efecto fotoeléctrico.