Veinte años esperando los pajaritos de colores que te prometieron después de cada elección y de todo eso nos queda un hijo -prosiguió ella-. Nada más que un hijo muerto.
Ya sea porque repetidamente te has mostrado incapaz de cumplir tus promesas o porque a menudo dices mentiras, el resultado final es el mismo: empiezas a perder el respeto de los demás.
Los grandes y los nobles distinguidos con fingido placer la mano besan que los tiene oprimidos; aun a los que en el ocio se embelesan, y la poltrona gente los arrastra el temor al cumplimiento.
Veía a su señor rendido y obligado a no tomar armas en un año; imaginaba la luz de la gloria de sus hazañas escurecida, las esperanzas de sus nuevas promesas deshechas, como se deshace el humo con el viento.
Pero la inteligencia artificial finalmente está empezando a cumplir su promesa para decir, el futuro es importante, no por satisfacer esa necesidad tan humana de saber qué es lo que va a pasar, sino por el poder de cambiarlo.