La inestabilidad política real o aparente ha sido el principal elemento disuasorio de la inversión extranjera y regional en plantas de producción y equipo.
Las primeras medidas encaminadas a restringir las salidas de IED insistían en la necesidad de pedir préstamos en el extranjero y reinvertir las ganancias, o de utilizar las plantas y equipos como contribuciones de capital en especie.
Apenas sí tuvo tiempo de guarecerse en los portales de un barrio desierto que parecía de otra ciudad, con bodegas en ruinas y fábricas polvorientas, y enormes furgones de carga que hacían más pavoroso el estrépito de la tormenta.