Matthew encontró al jefe de estación cerrando la taquilla, preparándose para ir a cenar a su casa, y le preguntó si llegaría pronto el tren de las cinco y treinta.
Pizarro y García, a la cantina. Ruiz y Albadalejo, a las taquillas. Vosotros a las oficinas y vosotros dos a los urinarios. Vamos, todos cagando leches — gritó alguien con rabiosa autoridad.
Este verano voy a Sevilla, Andalucía. Voy a ir en autobús. Es que no me gusta ir en avión. Me da miedo. Ahora voy a ir a la taquilla a comprar un billete.
Si compraste las entradas por internet o por teléfono las podés recoger en las máquinas expendedoras ubicadas en la puerta de acceso al recinto y para hacerlo necesitarás la tarjeta de crédito con la que las hayas comprado.