No bien Remedios, la bella, había subido al cielo en cuerpo y alma, y ya la desconsiderada Fernanda andaba refunfuñando en los rincones porque se había llevado las sábanas.
Y si esta ambición no estaba en todos los pechos, todos los peones comprendían esa mordedura de contra-justicia, que iba, en caso de llegar, a clavar los dientes en la entraña misma del patrón.
¡Si yo hubiera tenido tanto así de corazón (y señaló con el pulgar sobre el índice), no hubiera abandonado a aquella preciosa Hada, que me quería como una mamá, y que tanto había hecho por mí!
Es una ilusión que cuesta caro., dijo la mujer. . Cuando se acabe el maíz tendremos que alimentarlo con nuestros hígados.. El coronel se tomó todo el tiempo para pensar mientras buscaba los pantalones de dril en el ropero.