En general, los países en desarrollo se dan cuenta de que los mecanismos tradicionales de apoyo del Estado (subvenciones y cuotas) no han bastado para hacer frente a la potencia del fenómeno de las grandes producciones.
Un nuevo pastor y, más aún, uno casado, era motivo de curiosidad más que suficiente para un pueblo donde lo sensacional era escaso y espaciado en el tiempo.