Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber -dijo ella-, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro.
Tapó el agujero con tablas y clavos, y yo nuevamente hice un agujero, y él lo tapó, y otro, y otro, hasta que el arca estaba llena de agujeros y tablas y clavos.
Y luego me vino otro sobresalto, que fue verle andar solícito, quitando clavos de las paredes y buscando tablillas, con las cuales clavó y cerró todos los agujeros de la vieja arca.
Desde este día hasta el 20, coloqué estantes y clavos en los pilares para colgar todo lo que se pudiese colgar y entonces empecé a sentir que la casa estaba un poco más organizada.
Ocasionó tantos tropiezos con la terquedad de intervenir en todo, que se sintió trastornada por ráfagas de mal humor, y trataba de quitarse las tinieblas que por fin la estaban enredando como un camisón de telaraña.
Tan fuerte fue el golpe, que penetró el pie en la madera cerca de la mitad, y cuando el muñeco quiso sacarlo, fueron inútiles todos sus esfuerzos, porque se había introducido como si fuera un clavo.
Traedme en seguida aquel muñeco que dejé colgado de un clavo. Me parece que está hecho de madera bien seca, y estoy seguro de que en cuanto le echemos al fuego dará una buena llama para terminar el asado.