Al mismo tiempo van surgiendo nuevas exigencias de los Estados Miembros para que se solucionen problemas persistentes y se haga frente a nuevos desafíos.
Entre las razones de la segregación horizontal y vertical figuran los estereotipos de género y la persistencia de las funciones tradicionales de cada género.
Si pasan largos períodos en compañía de presos adultos condenados por delitos más graves, los jóvenes corren el riesgo de convertirse en verdaderos delincuentes.
El Sr. Al-Ghanem (Kuwait) dice que la situación del pueblo palestino es catastrófica a causa de las prácticas de Israel contra ese pueblo cercado e indefenso.
Los Estados Unidos de América, de manera deliberada y terca, siguen aferrados a su posición equivocada y hacen caso omiso de las justas demandas de la comunidad internacional.
Es necesario también señalar que las actitudes de violencia que por tanto tiempo han estigmatizado a la juventud fueron combatidas con la sola presencia de todos nosotros en este foro.
El deterioro de la situación de seguridad y la constante escalada de violencia interpelan enérgicamente cada conciencia humana y exigen una posición firme contra la arrogancia e intransigencia israelíes.
A ese respecto, abogar por opiniones fanáticas, tales como la negación del derecho de un pueblo o Estado a existir, es altamente peligroso y totalmente inaceptable en la era moderna.
El informe sobre los progresos realizados que ahora los miembros tienen ante sí refleja mi grave preocupación por la perpetuación y la proliferación de las situaciones de conflicto en el África occidental.
En este sentido, nuestro Grupo está dispuesto a hacer su aporte para la superación de las diferencias de opiniones que persisten, a fin de lograr un texto que sea objeto de consenso.
En un momento en que todos nosotros hacemos lo posible para que el programa nacional común del Iraq prevalezca sobre los programas individuales o sectarios, somos testigos de afanes constantes por conseguir lo contrario.
Entonces empezó el viento, tibio, incipiente, lleno de voces del pasado, de murmullos de geranios antiguos, de suspiros de desengaños anteriores a las nostalgias más tenaces.
Fue al oratorio, tratando con todas sus fuerzas de recuperar el dios que lo había abandonado, pero era inútil: la incredulidad resiste más que la fe, porque se sustenta de los sentidos.
Pero estaba seguro de que las campanas no doblaban por Jeremiah de SaintAmour, que era un incrédulo militante y un anarquista empedernido, y que además había muerto por su propia mano.
De modo que a la abuela se le acabaron las esperanzas de que Eréndira escapara para volver con ella, pero mantuvo su asedio de granito, sin tomar ninguna determinación, hasta el domingo de Pentecostés.
Una tarde de agosto, agobiada por el peso insoportable de su propia obstinación, Amaranta se encerró en el dormitorio a llorar su soledad hasta la muerte, después de darle la respuesta definitiva a su pretendiente tenaz
Herido por las lanzas mortales de las nostalgias propias y ajenas, admiró la impavidez de la telaraña en los rosales muertos, la perseverancia de la cizaña, la paciencia del aire en el radiante amanecer de febrero.
A juzgar por las facciones de la parte inferior de la cara, se trataba de un hombre de carácter voluntarioso, de labio inferior grueso y caído, y barbilla prolongada y recta, que sugería una firmeza llevada hasta la obstinación.
Tenía el aspecto de una mujer de mente estrecha y conciencia rígida, y así era; pero había una cierta promesa en sus labios que, de haber sido ligeramente desarrollada, podría haber sido indicativa de sentido del humor.