Junto a una gran argolla de hierro empotrada en el muro, con la cual estaba encadenado, se veía un largo esqueleto, extendido cuan largo era sobre las losas.
Quienes son perversos o no creyentes se queman y caen hacia el infierno, llamado Jahannam, donde son castigados con cadenas, agua hirviente y bebiendo líquidos putrefactos.
El nuevo peluquero había empezado a demostrar que en realidad tenía la mano fértil, cuando se descubrió que era un violador de novicias buscado por varias policías de las Antillas, y se lo llevaron arrastrando cadenas.