El tamaño y la composición actuales del Consejo son una burla del conjunto general de Miembros de las Naciones Unidas y de las realidades del mundo actual.
Está claro que, de aprobarse lo que se viene proponiendo, a los Miembros de las Naciones Unidas se los tratará con desprecio y las naciones y los pueblos serán objeto de engaños y de burlas.