Los isleños jamás quedarán persuadidos de la validez del aserto argentino de que las islas han estado ocupadas ilegalmente por los británicos durante 170 años.
La tasa de mortalidad materna entre las mujeres aborígenes e isleñas del Estrecho de Torres sigue siendo más elevada que la de las mujeres no indígenas.
La política educativa nacional para los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres cuenta con el respaldo de los gobiernos de todos los estados y territorios.
Recientemente, los países en desarrollo, en particular los Estados isleños y ribereños, han sufrido dificultades muy graves en las perspectivas de desarrollo debido a los desastres naturales.
Los isleños no pueden entender por qué las Naciones Unidas no pueden aceptar que la situación en los pequeños Estados y territorios ha experimentado un cambio enorme.
Los isleños también viajan una vez por año, a Oeno, conocida como su “isla de vacaciones”, y pasan en ella una semana pescando y recogiendo cocos y conchas.
Los programas de enseñanza dirigidos a la población indígena se basan en los 21 objetivos de la Política educativa nacional para los aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres.
Por último, expresa su gratitud a los países y las delegaciones que siguen brindando su apoyo a los isleños en su lucha por el reconocimiento de su derecho a la libre determinación.
Esta situación constituye un motivo de preocupación para los isleños, ya que, entre otras cosas, se necesitan cuatro hombres para manejar las piraguas que transportan a los pasajeros que llegan a la isla y salen de ella.
Según se ha informado, este ofrecimiento es en realidad de escasa ayuda, ya que Nueva Zelandia concede a esos isleños el mismo trato que otorga a la población de los lugares con los que mantiene una relación de libre asociación.
Más adelante, en 1952, EE.UU. autorizó a los isleños redactar su propia Constitución (aunque con poderes limitados) y les permitió tener un gobierno local, que perdura actualmente, llamado Estado Libre Asociado.