La edad media era un tiempo increíblemente peligroso, uno podía morirse de cualquier cosa: la peste, hambrunas, las brujas, las cruzadas y por traducir la Biblia.
La nave fue anclada en las afueras de la bahía por el temor de que fuera un brote de alguna peste africana, hasta que comprobaron que había sido un envenenamiento con fiambres manidos.
Pero luego se fueron olvidando del temor y acostumbrándose a la peste, y antes de que el niño mudara los dientes se había metido a jugar dentro del gallinero, cuyas alambradas podridas se caían a pedazos.