Varias alemanas. Alguna italiana. Unas cuantas españolas también, esposas de empresarios casi siempre, que la administración y el ejército andaban en tiempos convulsos.
Pero también los medios de comunicación son capaces de mentir perversamente, así como los políticos y los abogados, y los empresarios de pocos escrúpulos.
Tenemos que despertar y proteger el espíritu empresarial, y alentar a un mayor número de agentes sociales a volcarse en las actividades innovadoras y emprendedoras.