Modesto principio, que podía llegar a proporcionarle el dinero suficiente para pagar el adelanto en el obraje, y volverse en el mismo vapor a Posadas a derrochar un nuevo anticipo.
Poder ganar dinero para mantenerme y saldar mis deudas dedicándome a algo que me gustaba y para lo que sabía que era buena era lo mejor que en aquellos momentos podría pasarme.
He escrito al coronel Forster participándole nuestros arreglos y suplicándole que diga a los diversos acreedores del señor Wickham en Brighton y sus alrededores, que se les pagará inmediatamente bajo mi responsabilidad.
Y el otro caso, pues son personas que tienen tragedias, problemas, un divorcio, una enfermedad que los lleva a un problema donde no pueden pagar las deudas y su ingreso no es suficiente.
Había un poderoso motivo para que se ocultara, que venía a sumarse al temor de ser descubierto por la familia de Lydia, y era que había dejado tras sí una gran cantidad de deudas de juego.