Se fueron sin que nadie se diera cuenta, al amparo del agotamiento público, mientras los únicos sobrevivientes despiertos de aquel día irreparable estábamos enterrando a Santiago Nasar.
Una convivencia, en fin, que exige el respeto a nuestra Constitución; que no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades.
La verdad era que el marqués nó volvería a estar allí. Vencido por sus miedos interminables, había tratado de refugiarse al amparo de Dulce Olivia, y ella no le dio puertas.
Enfundada en un vaporoso vestido de algodón azul turquesa, el objeto de mis turbios anhelos tocaba el piano al amparo de un soplo de luz que se prismaba desde el rosetón.
El señor Gardiner le aseguró que no les faltaría su amparo y dijo que pensaba estar en Londres al día siguiente para ayudar al señor Bennet con todo su esfuerzo para encontrar a Lydia.
Con un principio de terror advertí que me oía con extrañeza, y busqué amparo en una discusión literaria sobre los detractores de Emerson, poeta más complejo, más diestro y sin duda más singular que el desdichado Poe.
Otra cosa es que la jura influencia del tribunal constitucional dice que ese tipo de recursos de amparo no puede llevar aparejada la suspensión cautelar de la votación, que es lo que no se ha hecho nunca.