Estas características se observan en las obras realizadas entre 1904 y 1907, y en concreto en La acróbata de la bola, una de las más importantes de esta época del artista.
Vino una feria ambulante con un acróbata volador, que pasó zumbando varias veces por encima de la muchedumbre, pero nadie le hizo caso porque sus alas no eran de ángel sino de murciélago sideral.
Además, las cámaras cercanas contienen estatuas de músicos y acróbatas, trabajadores y funcionarios del gobierno y varios animales, lo que indica que el emperador Qin tenía más planes para el más allá que solo librar guerras.
Él le contó con cuánta ansiedad la había visto siempre en los Juegos Florales, en el vuelo en globo, en el velocípedo de acróbata, y con cuánta ansiedad esperaba las fiestas públicas durante todo el año, sólo para verla.